Rodolfo Badel
Profesor de solfeo y composición, compositor, arreglista y director de ensambles de cámara de la Escuela de Formación Musical desde el año 2012.
Cursó estudios de violín y de guitarra clásica. Finalmente se decidió por la composición. Así, cursó sus estudios de composición erudita en la Universidad Javeriana. Entre sus profesores de composición y teoría se destacan Carolina Noguera, Juan Gabriel Osuna, Juan Antonio Cuéllar, Diego Vega, Guillermo Gaviria y Carlos Julio Ramírez. Más tarde, durante el año 2013, participó en una serie de clases magistrales con el compositor americano Don Freund (Universidad de Indiana, EEUU).
La calidad de su trabajo ha obtenido reconocimientos a nivel nacional como la primera mención de honor en el Concurso de composición del Ministerio de Cultura (2010) en el que participó con la obra Phasis para ensamble de cámara, clarinete en si bemol (doblando clarinete bajo), violonchelo, piano y percusión, la selección de su obra Tres piezas cortas para piano para ser incluida en el CD Jóvenes Compositores Javerianos (2011), y la composición de un arreglo para orquesta para el proyecto Hey Mozart! de la Fundación Batuta, en representación de la Pontificia Universidad Javeriana (2012). Su segundo cuarteto para cuerdas Remembranzas fue escogido para participar en el Segundo Festival Internacional de Cuartetos de Cuerdas organizado por el cuarteto Qarte en la ciudad de Bogotá (2016). También ha sido invitado como docente a clases de composición en la Pontificia Universidad Javeriana.
Desde 2011, colabora en un proyecto de investigación (tesis de maestría en educación y cognición aplicado a la composición musical) del compositor y profesor Juan Gabriel Osuna en la Pontificia Universidad Javeriana. Ha realizado ediciones de partituras profesionales dentro de las cuales cabe destacar su trabajo como transcriptor y editor de la obra sinfónica Cantos de la Noche Alta del compositor venezolano Alfredo del Mónaco. Adicionalmente, es el compositor y arreglista del proyecto sinfónico In Crescendo en la ciudad de Sincé Sucre desde el año 2017.
La escuela siempre me dio un espacio para relajarme y disfrutar. La música y la escuela me formaron como persona: aprendí a trabajar en equipo, a adaptarme a los cambios y a exigirme cada día más cosas sin necesidad de estresarme. Estoy muy agradecida con la escuela y todo lo que me ha permitido hacer y todo lo que he logrado gracias a ella (siempre a mi ritmo, sin competir con los demás). Gran parte de lo que soy se lo debo a mis profesores y compañeros de la EFM.
La EFM fue importante en mi vida ya que entré casi de modo casual pero terminó siendo una de las experiencias que más me marcó. Me hizo crecer como persona y conocerme. Además, el ambiente tiene algo inexplicable que hace que sea un lugar feliz y único. La música se ha vuelto algo fundamental en mi vida y me acompañara siempre.