Cristina Hernández
Se vincula a la Escuela de Formación Musical desde el año 2012 como profesora de guitarra, ukelele, y como asistente del Coro Juvenil. Actualmente es profesora de guitarra, especializada en niños, profesora de gramática musical y asistente del Coro Infantil dirigido por “Consti”, a quien considera un ser humano excepcional y una maestra integral.
Cristina es de familia de tradición musical, madre de cinco hijos, todos músicos. Trabajadora Social de la Universidad Nacional y músico autodidacta. Su formación musical la complementa actualmente con cursos libres en la facultad de Artes y Música de la Universidad Sergio Arboleda.
En su trayectoria como docente ha desarrollado proyectos importantes de música y literatura con niños de preescolar y primaria, montaje de teatro musical, dirección de ensambles y grupos musicales infantiles y juveniles en colegios, entre otros como el Liceo los Ángeles, Claustro Moderno.
Compositora y cantante e intérprete de guitarra forma parte de un grupo vocal familiar. Combina su actividad musical con su afición por la creación de cuentos para la infancia.
Cristina considera que es importante comprender que la música es, sobre todo, un instrumento, un medio para conocer, estimular y abrir nuevos horizontes en el pensamiento de los niños para contribuir en su crecimiento y en su encuentro personal. El aprendizaje de un instrumento como la guitarra desarrolla habilidades motrices, estimula el aprendizaje y la creatividad, siendo esto último lo más importante para el autoconocimiento.
“La escuela de Formación Musical tiene un sello que la caracteriza. La música nos puede y debe hacer personas más felices y mejores seres humanos”.
La escuela siempre me dio un espacio para relajarme y disfrutar. La música y la escuela me formaron como persona: aprendí a trabajar en equipo, a adaptarme a los cambios y a exigirme cada día más cosas sin necesidad de estresarme. Estoy muy agradecida con la escuela y todo lo que me ha permitido hacer y todo lo que he logrado gracias a ella (siempre a mi ritmo, sin competir con los demás). Gran parte de lo que soy se lo debo a mis profesores y compañeros de la EFM.
La EFM fue importante en mi vida ya que entré casi de modo casual pero terminó siendo una de las experiencias que más me marcó. Me hizo crecer como persona y conocerme. Además, el ambiente tiene algo inexplicable que hace que sea un lugar feliz y único. La música se ha vuelto algo fundamental en mi vida y me acompañara siempre.